Las esperas, los tiempos muertos o las horas intempestivas hacen de las expendedoras unas buenas compañeras para mantener el tipo en momentos inhóspitos. Aumente la actual oferta de bocadillos y golosinas con comidas precosinadas y en pequeñas tarrinas. Los lugares más apropiados pueden ser los hospitales, las universidades, y en general, cualquier sitio donde concurran muchas personas que prefieran no salir del recinto en el que están para comer y no tienen esa posibilidad.