Cree unas máquinas expendedoras con productos sanitarios como pinzas, tiritas, aspirinas, antiácidos, algodón, desinfectante y otros para los que no haga falta recetas y colóquelas en puntos clave de la ciudad, como un servicio de urgencia necesario y conveniente. Negocie colocarlas en la puerta misma de las farmacias, aunque no deje atrás las superficies comerciales, estadios y pabellones deportivos, cines y restaurantes. Evitaremos que para cualquier cosa haya que desplazarse por toda la ciudad en busca de una farmacia de guardia.