En este mundo cada vez más estresante e insano, aumentan día a día los amantes de la naturaleza. Pruebas de ello son la creciente preocupación por los parques y zonas verdes de las ciudades o el aumento de la demanda en floristerías por surtir a oficinas, organismos y casas particulares. Aprovechemos cualquier espacio poco polucionado de la ciudad para abrir un centro de floricultura, donde se cultiven flores y plantas para su venta, incluso añadiendo algunas de importación si lo creemos conveniente. Con técnicas de buen marketing puede conseguirse un aumento notable en la rentabilidad del negocio. Publicitar convenientemente las fiestas señaladas (día de los enamorados, de la madre, etc.) o enseñar las técnicas de cultivos a los niños de los colegios son ejemplos de ello.