Impulsado por la fortaleza del turismo, el mercado de trabajo insular creció en el primer trimestre del año en relación al mismo periodo de 2018. La Cámara anima a abordar los retos pendientes para afrontar con garantías la fase de ralentización.

La economía tinerfeña muestra, un trimestre más, su fortaleza ante la desaceleración que, desde hace un año, afecta al conjunto del Archipiélago. Los datos del Boletín de Coyuntura Económica Insular referidos a los primeros tres meses de 2019, que elabora la Cámara de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Santa Cruz de Tenerife, revelan que la evolución registrada a lo largo del último año sigue aportando buenas noticias al mercado de trabajo, hasta tal punto que, por primera vez en la historia, la Isla contabiliza más de 400.000 ocupados -400.990, en concreto, 24.370 más que un año atrás-, al tiempo que la cifra de parados se sitúa en 91.480, el nivel más bajo desde 2008 y 2.120 menos que doce meses antes, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). De esta manera, la tasa de paro insular es inferior en más de dos puntos a la regional (18,6% frente a 21%).

Si en lugar de atender a las cifras de la encuesta que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) se observan las de empleo y paro registrado, la trayectoria del mercado laboral de Tenerife durante los últimos doce meses sigue siendo positiva y presenta mejores datos que la media autonómica.

El buen comportamiento del turismo, en unos momentos en que cae en el resto de las islas, explica la resistencia que exhibe la economía de Tenerife a la ralentización de la economía. El volumen de visitantes extranjeros aumenta tanto respecto al último trimestre de 2018 (26.925) como en relación al mismo periodo del año pasado (34.388). La Isla también continúa ampliando de forma significativa la cuota de turismo nacional, con 13.769 visitantes más que en los tres meses anteriores y 20.481 más que en el primer trimestre del pasado ejercicio, según los datos facilitados por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC).

No obstante, el avance en las llegadas de turistas no siempre repercute en las entradas de clientes en los establecimientos alojativos. En los hoteles han disminuido un 4,8% respecto al último trimestre de 2018, aunque han subido un 0,6% (5.013 más) desde el primero de ese mismo año. En cuanto a los apartamentos, los viajeros entrados caen de forma más clara en los últimos tres meses (un 9,1%) y algo menos si se mira al primer trimestre de 2018 (un 4,4%). El empleo sí se mantiene al alza en la hostelería y el turismo, con 105 ocupados más que en diciembre (un crecimiento del 0,2%) y 1.187 más que en el mismo mes del año pasado (un avance del 2%, muy por encima de la media canaria, que ascendió al 0,7%).

La mejora registrada en el último año no impide que, como suele ser habitual en el arranque del ejercicio, algunos indicadores de actividad y empleo retrocedan ligeramente, producto del final de la campaña navideña, que marca máximos anuales en aspectos como el consumo interno. Sin embargo, pese a descender en relación al cierre de 2018, el consumo privado se mantiene en niveles similares a los del primer trimestre de ese año. 

En cuanto al empleo, los factores estacionales explican la disminución que se ha producido en algunos sectores en relación al cuarto trimestre de 2018 (comercio, un -25%; industria y energía, un -0,5%; servicios, un -0,3%; transporte, un -1%), aunque en otros las cifras han ascendido (agricultura, un 0,7%; construcción, un 2,5%; hostelería y turismo, el citado 0,2%). En cambio, si se analiza la evolución que ha tenido lugar a lo largo del último año, la mejora es general a todas las actividades: el comercio crece un 0,7%; la agricultura, un 6,3%; la industria, un 2,8%; la construcción, un 8,1%; los servicios, un 3,2%; los transportes, un 5,4%; y la hostelería y el turismo, un 2%). 

Tenerife, la extensión de la conectividad, la diversificación y la rentabilidad de la actividad turística, la profundización en las energías limpias, la internacionalización de la economía y la atracción de inversiones o la reducción del paro estructural.

Dentro de este conjunto de objetivos se encuentra también el mantenimiento y mejora de las infraestructuras de la Isla, un elemento esencial para crecer en competitividad y que pasa, entre otras actuaciones, por dinamizar los puertos que están en funcionamiento, desbloquear la ejecución del de Fonsalía, ampliar la terminal del aeropuerto Tenerife Sur y rematar el cierre del anillo insular de carreteras.Algo similar ocurre con el paro, que aumenta en todos los sectores durante los últimos tres meses (un 2,5% en el comercio, un 5,2% en la agricultura, un 1,2% en la industria, un 3,2% en la construcción, un 0,5% en los servicios, un 6% en el transporte y un 0,6% en la hostelería y el turismo), pero registra una bajada casi generalizada en su comparativa con el primer trimestre de 2018. Con la excepción del transporte y la hostelería, que aumentan un 3,8% y un 1,1%, respectivamente, mejora en el resto (un 3,2% en el comercio, un 7,9% en la agricultura, un 7,3% en la industria, un 7,2% en la construcción y un 1,9% en los servicios).

También el número de empresas inscritas en la Seguridad Social disminuye respecto al periodo comprendido entre octubre y diciembre (un 0,5%), pero crece, un 1%, si se lo compara con el que se contabilizaba un año antes. El tejido empresarial de Tenerife estaba compuesto a finales de marzo por 27.881 negocios con al menos un trabajador a cargo, 274 más que en el mismo momento de 2018.

Los resultados económicos del trimestre resultan “satisfactorios”, asegura el presidente de la Cámara de Comercio, Santiago Sesé, para quien los datos corroboran que los agentes económicos tinerfeños han ido “en la dirección correcta”. Sin embargo, Sesé advierte de que esa satisfacción no debe traducirse en “autocomplacencia”. “Todavía son muchos los retos que tenemos que alcanzar en un entorno internacional y nacional que cada vez nos está poniendo más obstáculos”, añade el máximo dirigente de la entidad cameral. La estabilización de los ritmos de crecimiento económico y la previsible moderación del aumento del empleo obligan, a juicio de Sesé, a “seguir trabajando para consolidar los resultados y ganar en competitividad y productividad con el objetivo de garantizar un desarrollo sólido para la Isla”.

En este sentido, la Cámara destaca la necesidad de abordar desafíos como los que suponen el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población, los problemas de movilidad, la formación de los desempleados y los trabajadores, la digitalización de la economía, la conservación de los recursos naturales y los valores patrimoniales