La Cámara prevé que la economía canaria profundice en su ralentización durante el actual ejercicio. Atendiendo al escenario actual, es previsible un crecimiento económico inferior al 1% y un retroceso en el empleo por ahora difícil de determinar. Santiago Sesé cree que se debe actuar en dos frentes de medidas: de contingencia para paliar los efectos del coronavirus y de política económica para favorecer el crecimiento y el empleo a través de la inversión pública y privada.

 

El año 2019 terminó para la economía canaria con un crecimiento mayor del previsto, gracias al repunte que experimentó el consumo interno y el buen comportamiento del sector servicios durante el último trimestre, según el Boletín de Situación Económica (Botse) que elabora la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife con el patrocinio de CaixaBank y que se centra en el periodo comprendido entre octubre y diciembre del pasado ejercicio. Pese a ese impulso en los momentos finales del año, las previsiones de la entidad cameral apuntan a que la economía del Archipiélago proseguirá en 2020 su tendencia a la ralentización y tendrá dificultades para mantener el ritmo de creación de empleo, al menos si no se activan medidas y políticas que estimulen la inversión productiva. El alza de la demanda interna y la evolución positiva del sector servicios aceleraron el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) isleño durante el último trimestre de 2019. El aumento se cifró en el 0,4% en relación con los meses de verano y en el 1,7% en comparación con el trimestre final del año anterior, según las primeras estimaciones del Instituto Canario de Estadística (Istac). Con estos datos, el incremento del PIB en el conjunto del ejercicio pudo estar en el entorno del 1,5%, tal y como había previsto la Cámara de Comercio. Durante los últimos meses de2019 se fue rebajando el grado de incertidumbre de algunos factores que venían frenando el crecimiento. Así, ha disminuido la tensión comercial entre Estados Unidos y China, se ha acordado que la salida del Reino Unido de la Unión Europea sea negociada y tras un periodo transitorio que ya ha comenzado y se ha formado un gobierno en España con capacidad de legislar y de tomar medidas. Sin embargo, en el horizonte siguen apareciendo nuevas amenazas, como el desenlace definitivo del Brexit y, sobre todo, la evolución que puede presentar el coronavirus y su impacto en la economía mundial y local.

En este último aspecto, y en línea con las propuestas formuladas por la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de España, es necesario poner en marcha medidas de dinamización que minimicen los efectos negativos de la epidemia sobre la economía. “La situación es preocupante, pero podemos actuar para mitigarla”, advirtió el presidente de la Cámara, Santiago Sesé, durante la presentación del último Botse, en la que estuvo acompañado por el director territorial de CaixaBank en Canarias, Juan Ramón Fuertes, y por la directora general de la institución cameral, Lola Pérez.

Tras el análisis de los principales indicadores económicos presentados, el director territorial de CaixaBank, Juan Ramón Fuertes, quiso corroborar los buenos resultados que arrojó la economía durante el pasado año, con datos sobre el comportamiento financiero de las economías domésticas. Así, destacó que “el año 2019 fue un buen ejercicio económico, tal y como evidencia el descenso de la morosidad o el crecimiento en más de un 15% del crédito al consumo.”

El escenario actual requiere en primer lugar, expuso Sesé, “dar información rigurosa, veraz y contrastada para evitar sobrerreacción por parte de los turistas”. Además, la entidad pide que los protocolos de actuación sean “homogéneos para todos los operadores” y que se garantice la proporcionalidad de las medidas en función del riesgo. También sugiere la Cámara que las empresas del sector puedan contar temporalmente de mayor flexibilidad en el ámbito fiscal y de las cotizaciones sociales para que puedan afrontar con éxito el impacto del coronavirus, que dispongan de líneas de financiación ágiles y favorables que permitan hacer frente a las tensiones de caja que están experimentando y que se refuercen las campañas de promoción del destino. Al margen del coronavirus, el sector turístico ha encajado el impacto que supuso la quiebra de Thomas Cook con mayor rapidez de la esperada, pero los problemas relacionados con la conectividad aérea continúan siendo motivo de inquietud. El presidente de la Cámara de Comercio tinerfeña animó a todos los agentes económicos y políticos a trabajar para que, en un momento en que el sector de las aerolíneas vive una profunda reestructuración y en que se plantea gravar el transporte aéreo, el Archipiélago se beneficie de medidas que posibiliten mantener y mejorar sus conexiones, esenciales para la competitividad de su economía, además de para la cohesión social y territorial. En ese sentido, Sesé insistió en la necesidad de rebajar las tasas aeroportuarias y de que Canarias cuente con un espacio en el Consejo de Administración de AENA para tener voz en las medidas que se adopten en esta materia.

Además de las medidas de contingencia para paliar los efectos colaterales que pudiera tener el coronavirus sobre el conjunto de la economía, Sesé destacó otro importante frente de medidas de política económica con las que favorecer el crecimiento y el empleo durante 2020, como “relajar la regla de gasto de las administraciones públicas para dirigir los recursos hacia la inversión; acelerar y tomar medidas para mejorar la gestión pública -punto en el que incidió en la necesidad de desbloquear con urgencia todos los proyectos de inversión que se están tramitando- posponer decisiones de subidas de impuestos o de nuevas tasas o incentivar el mantenimiento y la creación de empleo”.

En el ámbito nacional, “todo dependerá -continuó el presidente cameral- de la capacidad del Gobierno central de adoptar medidas de política económica y fiscal e incluso de aprobar los presupuestos del Estado para el año 2020, además de la adecuación de la economía y de las empresas a las reformas que se planteen. Necesitamos reformas enfocadas a aumentar la productividad de la economía y su capacidad de creación de empleo”. Entre los factores de incertidumbre en este ámbito se encuentran las nuevas figuras fiscales que ha anunciado el Gobierno central, las medidas que este debe poner en marcha para controlar el déficit y la profundidad que alcance la reforma de la legislación laboral que se ha propuesto acometer, así como las consecuencias derivadas de la mesa de diálogo entre los ejecutivos español y catalán. Asimismo, la entidad cameral avisa de la necesidad de prestar atención a los acuerdos a los que se llegue con el Reino Unido sobre los territorios de ultramar y regiones ultraperiféricas de la Unión Europea y del nuevo marco presupuestario comunitario, en el que se deberá luchar para mantener las cuantías de las ayudas que recibe Canarias de Europa. La Cámara también cree esencial que se intensifiquen las negociaciones con el Gobierno central para activar la agenda canaria y los proyectos de inversión pendientes de ejecutar en las Islas.

Los datos del informe En cuanto a los resultados del último trimestre de 2019, del informe de la Cámara se desprende que el mantenimiento de condiciones de financiación holgadas continuó favoreciendo las decisiones de consumo e inversión de familias y empresas. El índice de comercio al por menor a precios constantes se elevó un 0,8% en relación con el mismo periodo de 2018, lo que permitió que el año finalizase con un crecimiento medio anual de las ventas del 1,1%. Pese a ser positivo, el indicador trimestral canario sale mal parado si se lo compara con el dato nacional, que fue 1,6 puntos superior, un 2,4%, el mismo que presentó el conjunto del país en todo el año. Por otra parte, las matriculaciones de vehículos particulares avanzaron en el trimestre, como suele ser habitual en esta época de año, pero también en relación con las realizadas durante los tres últimos meses de 2018. Entre octubre y diciembre se matricularon un total de 19.931 vehículos, un 1,3% más que un año antes. La inversión, en cambio, no registra datos tan favorables. La cifra de empresas inscritas en la Seguridad Social se situó un 0,5% por debajo de las existentes el mismo trimestre del año pasado, 418 empresas menos al finalizar el año 2019. Se trata del primer descenso anual desde el primer trimestre de 2014. En cuanto a las exportaciones de servicios, el gasto turístico total se redujo en los últimos meses del año, aunque el desembolso medio por turista continuó al alza y se situó en diciembre en 152 euros por persona y día. Por el lado de la oferta, fueron las actividades del sector primario y las de servicios las que mejor comportamiento registraron, con crecimientos trimestrales del 0,8% en ambos casos. Por su parte, la construcción permaneció estable respecto al tercer trimestre del año, mientras que el sector industrial fue el único que arrojó un saldo trimestral negativo, del -1,1%, según los primeros avances del Instituto Canario de Estadística (Istac).


El índice de producción industrial experimentó una caída media del 1,5% en el trimestre debido a la brusca disminución de los bienes de consumo duradero (-21%), seguida de los descensos en los bienes de equipo (-10,9%) y la energía (-2,2%). Por el contrario, los bienes intermedios y los de consumo no duradero presentaron un incremento del 7,7% y 1,8%, respectivamente. En el análisis de la construcción hay que destacar que los presupuestos de los contratos de obra de las distintas Administraciones Públicas licitados en el cuarto trimestre registran un descenso del 45,1% respecto al mismo periodo de 2018. El total del año 2019 muestra un deterioro anual de la licitación oficial del 3,5%, motivado por el descenso de las obras de edificación (-25,8%), ya que la obra civil aumentó un 9,9%. El sector servicios en su conjunto experimentó movimientos positivos en el promedio trimestral anual de su cifra de negocios (1,2%), 2,2 puntos inferior a la registrada a nivel nacional. El personal ocupado alcanzó en Canarias una ligera variación anual positiva en el cuarto trimestre, un punto inferior a la nacional (0,2% y 1,2%, respectivamente). El empleo habría arrojado cifras dudosas, si se atiende a los llamativos datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). Pese a lo cuestionable de estas cifras, no cabe descartar que en los últimos meses del año se hubiera avanzado la creación de puestos de trabajo, incluso con un mayor impulso que en trimestres precedentes. En cualquier caso, el cómputo anual confirma la desaceleración en el ritmo de creación de empleo y en la capacidad del mercado de trabajo de reducir el número de parados. Durante 2019 el crecimiento del número de ocupados, según la propia EPA, fue del 2,9%, con 26.900 trabajadores más que a finales del año anterior. Sin embargo, son 14.700 menos que los creados en el año 2018. Al mismo tiempo, se produjo una reducción anual en el número de parados en 10.800 personas (-4,7%), también menor de la que tenía lugar en 2018, cuando el retroceso fue de 18.200 parados. Se trata de registros positivos, pero de menor intensidad que en el año anterior y que situaron la cifra total de ocupados en 940.300 personas y la de desempleados en 217.400. La tasa de paro con la que se cierra el ejercicio es del el 18,8%, cinco puntos por encima de la nacional (13,8%), pero un nivel que no se registraba desde mediados de 2008. En términos de afiliados inscritos a la Seguridad Social, la evolución del empleo en el cómputo anual muestra una moderación en el ritmo de crecimiento de 14.441 personas, 12.054 menos que un año antes. Por primera vez desde el año 2012 se contabiliza un aumento de los parados inscritos en las oficinas de empleo de 1.234 personas. Estas variaciones sitúan las cifras totales a finales de 2019 en 208.249 desempleados y en 827.428 afiliados medios a la Seguridad Social. La tasa de inflación, finalmente, se situó en niveles reducidos. En diciembre presentó una variación anual del 0,4%, cuatro décimas menos que la tasa de crecimiento nacional (0,8%), consecuencia, en parte, de los efectos de la evolución del precio del petróleo y sus repercusiones sobre el componente energético. Por su parte, la inflación subyacente fue del 1,1% en diciembre, una décima superior a la nacional, que cerró el año en el 1%.

Véase detalle del informe en la Web http://estudios.camaratenerife.com