Seis de cada diez empresarios de las islas prevén un primer trimestre desfavorable y tan solo un 5% apunta mejoras de actividad respecto al cuarto trimestre de 2020. El 59,2% de los establecimientos son pesimistas sobre la marcha de su negocio y tan solo un 5% prevé un trimestre favorable. El 35,8% restante la mantendrá estable. La debilidad de la demanda y las dificultades de financiación ganan fuerza como factores limitadores de la actividad de las empresas canarias.

La confianza empresarial en los primeros compases de 2021 ha moderado su crecimiento al pasar de un 8,2% en el cuarto trimestre de 2020 a un 0,9% en el primero de 2021. Esta es una de las conclusiones que se extrae del Indicador de Confianza Empresarial correspondiente al primer trimestre del año que en el día de hoy presentaron el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, y la directora general de la institución, Lola Pérez.

La leve mejora de la actividad respecto a los trimestres precedentes, especialmente en comparación con el segundo de 2020 cuando llegó a caer la confianza un 29,9%, ha permitido que el indicador avance en el arranque de 2021. Sin embargo, los gestores de negocios en el Archipiélago mantienen una percepción desfavorable sobre sus resultados recientes y unas expectativas negativas para el futuro inmediato. De hecho, tan solo un 8,5% de los establecimientos afirmó haber mejorado sus resultados empresariales en el cuarto trimestre del pasado año, mientras que un 57,1% ha opinado de forma desfavorable. Unos porcentajes que empeoran en el arranque de 2021 al ritmo que también ha ido empeorando la evolución de la pandemia, siendo el porcentaje de empresarios optimistas del 5%, mientras que el 59,2% cree que la marcha de su negocio será desfavorable entre los meses de enero y marzo. El 35,8% restante cree que será normal.

En el arranque de 2021, un año que, al igual que el anterior, estará marcado por la pandemia, prácticamente todas las Comunidades Autónomas han experimentado mejoras en su nivel de confianza, pero por el efecto comparativo con periodos en los que el Estado de Alarma obligó a cerrar la gran mayoría de las actividades no declaradas como esenciales. Por eso, a medida que se han ido reabriendo muchas de ellas- aunque con una actividad muy por debajo de la deseada- la confianza ha ido mejorando, siendo la recuperación promedio para el conjunto del país en el primer trimestre del año del 3,6%. Los mayores avances los experimentan las regiones con economías diversificadas o en las que el sector servicios no es tan relevante, como es el caso del País Vasco, con una variación del 7,9%, la Comunidad Valenciana 7,6% o Madrid con un 7,4%. Tan solo tres regiones españolas empeoran su nivel de confianza empresarial respecto al cuarto trimestre: Principado de Asturias, Cantabria y Extremadura. El peso sobre la economía regional de sectores como la hostelería y el comercio ha contribuido a esta pérdida de impulso, pues a pesar de coincidir con la temporada alta turística o las campañas de Navidad y rebajas, lo que en otros años era una ventaja, este año se ha tornado como un freno por el cero turístico que está viviendo el Archipiélago y la caída de la demanda derivada de las restricciones sanitarias y el deterioro laboral. Asimismo, apunta la Cámara de Comercio tinerfeña, la incertidumbre sobre la intensidad y la duración de la pandemia ha aumentado en las últimas semanas con un incremento preocupante en el número de contagios que se están produciendo en la denominada “tercera ola”, así como en la capacidad del sistema de alcanzar una vacunación que permita la inmunidad de grupo antes del verano.

Ante este escenario, el presidente de la Cámara reclama como prioridad “la necesidad de que la Unión Europea presione a las empresas farmacéuticas para que puedan dar respuesta en tiempo y forma a los compromisos de suministro adquiridos para la vacunación masiva de la población”. “Es necesario contar con las vacunas para inmunizar a la población en el menor tiempo posible, pues para atajar la crisis económica será necesario primero controlar la crisis sanitaria”, afirmó Santiago Sesé. En esta misma línea el dirigente cameral quiso poner en valor la efectividad del Gobierno de Canarias en su porcentaje de vacunación destacando que “solo nos falta contar con el volumen de vacunas necesarias para cumplir con los plazos previstos e incluso acelerarlos si fuese posible”.

Sesé hizo referencia a la importancia de alcanzar este objetivo en una economía de servicios altamente dependiente de la movilidad, ahora restringida tanto en el ámbito de los residentes como de los turistas, pero además quiso insistir en la prevención como única arma para hacer frente a ambas crisis, la sanitaria y la económica, en tanto se consigue la inmunidad de grupo no solo nacional, sino internacional. “Tenemos que apelar a la responsabilidad individual de todos los ciudadanos para que se sigan manteniendo las medidas sanitarias básicas- mascarillas, lavado de manos y distancia de seguridad- a la vez que continuamos controlando sanitariamente las entradas de viajeros por nuestros puertos y aeropuertos”, afirmó Sesé.

En materia sectorial, quiso destacar las importantes caídas en los sectores de la hostelería, los transportes y el comercio, todos ellos pilares de nuestra economía de servicios que, a juicio del presidente cameral, “deberían tener un tratamiento especial, pues su situación en estos momentos es prácticamente de rescate”. “Si dejamos que se sigan cerrando empresas, será muy difícil alcanzar una recuperación rápida de la economía y del empleo y la crisis del COVID pasará de ser una crisis coyuntural a ser una crisis estructural con consecuencias socioeconómicas irreversibles para el Archipiélago”.

En esta línea hay que apuntar que los datos muestran como Transporte y Hostelería, junto con Comercio, son los sectores que experimentan retrocesos en su nivel de confianza en la encuesta de enero, ambos de similar magnitud ( -4,4% y -4,3%, respectivamente). Así, el 84% de las empresas de Transporte y Hostelería afirmó haber empeorado su actividad en el cuarto trimestre del año, un porcentaje que empeora hasta el 85% de cara a las perspectivas previstas para el primer trimestre de este año.

Por su parte el sector comercial, aunque alcanzó un porcentaje de respuestas favorables del 10%, por la campaña de Navidad, continuó con un porcentaje de respuestas desfavorable muy alto siendo este del 57% frente a un 33% de respuestas que apuntaron estabilidad. Las expectativas para los primeros meses del año de este sector tampoco son halagüeñas con un retroceso de las respuestas favorables hasta el 4% y un aumento de las desfavorables que las sitúa en el 60% de los establecimientos encuestados. El resto de los sectores analizados experimentan una leve mejora en su nivel de confianza empresarial: la industria ve incrementado su nivel de confianza un 4,4% en el primer trimestre del año, la construcción un 2,3% y el denominado otros servicios un 4,9%.

Desde el punto de vista territorial, el último indicador de confianza empresarial ofrece resultados que contrastan con los de estudios anteriores. La isla que venía registrando un mejor comportamiento, El Hierro, es la que más retrocede, un 6,4%, y la que presentaba un mayor deterioro de la situación, Lanzarote, consigue progresar, un 10,4%. Además de Lanzarote, otros dos territorios mejoran sus datos trimestrales: Gran Canaria lo hace un 2,6% y Tenerife un 0,5%. A El Hierro la acompañan Fuerteventura (-5,2%), La Gomera (-3,5%) y La Palma (-2,8%) en el descenso de la confianza de sus empresarios.

La debilidad de la demanda, el factor que más está limitando la actividad de las empresas canarias

Siguiendo la estela iniciada en 2020, en 2021 continuaron ganando importancia la debilidad de la demanda, las dificultades financieras y el denominado “otras causas”. como factores limitadores de la actividad económica de las empresas canarias.

Por tercer año consecutivo, la debilidad de la demanda gana importancia como factor limitador de la actividad empresarial en las islas. Un 73% de los empresarios apunta esta causa como el mayor hándicap para crecer en sus negocios. Un 12,9% más que hace un año debido a las restricciones y condicionantes derivados del COVID-19.

El segundo factor que más limita la actividad continúa siendo el denominado “Otras causas” con un porcentaje de respuestas del 49%, muy superior al de hace un año (30,7%), entre las que cabría destacar la inestabilidad a la que se ven sujetas muchas actividades dependiendo de cómo evoluciona la pandemia y de las restricciones que se van adoptando en cada momento. En tercer lugar, y también con un importante incremento respecto al año 2019, se sitúan las dificultades de financiación, que ya afectan al 37,3% del tejido productivo, frente al 26,9% del año anterior, a pesar de haberse adoptado medidas “paliativas” como los créditos ICO.

También ha perdido algo de relevancia la escasez de mano de obra adecuada para cubrir determinados perfiles profesionales, que ha pasado de representar el 18,5% en el año 2020 a un 13% en el arranque de 2021. Un hecho que se corrobora con el comportamiento del empleo durante el pasado año, en el que como consecuencia del impacto de la pandemia no solo ha aumentado el número de desempleados, sino que se ha perdido un importante número de empleos, además de que muchas personas se encuentran acogidas a un ERTE a la espera de que se reanude o mejore la actividad en muchos sectores de la economía.

Del mismo modo que retrocede la necesidad de encontrar personal cualificado, lo hace el aumento de la competencia, ya que el número de empresas se está viendo reducido de forma sustancial por la incapacidad de mantener la actividad y dar viabilidad a los negocios por las restricciones que se han de acometer para frenar la pandemia.

Por último, la insuficiencia de equipamiento sigue ocupando el último lugar como factor limitador de la actividad empresarial, con un porcentaje de respuestas del 7,5% en los primeros compases de 2021.