Los indicadores del cuarto trimestre muestran una pérdida de dinamismo generalizada, como consecuencia de los nuevos brotes y por las medidas introducidas para contenerlos, en particular en el sector servicios, el más afectado por las restricciones. Las perspectivas económicas se encuentran sujetas a una elevada incertidumbre, asociada principalmente a la evolución de la pandemia y a la disponibilidad de vacunas en los próximos meses.

El repunte de la pandemia y las medidas de contención adoptadas para dar respuesta a esta condujeron a una nueva caída de la actividad económica durante el cuarto trimestre del año, según se desprende del Boletín de Situación Económica (Botse) que elabora la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife con el patrocinio de CaixaBank. Según las estimaciones iniciales, la economía canaria mejorará entre un 5 y un 2% a lo largo de 2021, en función de la evolución de varios parámetros, entre los que cabe destacar la vacunación al grueso de la población y la cobertura que puedan tener las vacunas frente a las nuevas variantes del COVID-19.

Si el levantamiento de la mayoría de las medidas de contención en el transcurso del segundo trimestre condujo a un repunte de la actividad en los meses de verano (22,6%), en el tramo final del año los nuevos brotes de la enfermedad supusieron la reintroducción de restricciones a la movilidad de las personas y de algunas actividades económicas, con el consiguiente impacto negativo sobre la evolución del PIB, que volvió a registrar una variación trimestral del -0,2%.

En su comparativa anual, la economía de las Islas se contrajo un 20,2%, un 11,1% más que la caída nacional, con retrocesos generalizados en el conjunto de sectores, salvo en la agricultura, donde el descenso fue del 3,8%, según se desprende de las primeras estimaciones del Instituto Canario de Estadística (ISTAC). El sector servicios fue el que mayor bajada contabilizó con una merma anual en el cuarto trimestre del -23,8%, seguido de la construcción con un -12,6% y la industria con un -7,6%.

Estos datos que ponen de manifiesto la virulencia que está teniendo la crisis en el Archipiélago que, junto con Baleares, son las Comunidades Autónomas más afectadas del territorio nacional. Por eso, y sabiendo que el origen del problema es sanitario y no económico, es necesario adoptar medidas específicas, que eviten un deterioro estructural de la economía, con pérdidas irrecuperables en el número de empresas y de empleos. En este sentido, el presidente de la Cámara de Comercio, Santiago Sesé, afirma que: “El Estado debe apoyar de manera urgente y especial a Canarias con la activación del Plan turístico integral específico para las Islas, que ya anunció hace varios meses y que aún no se ha hecho realidad, además de comprometerse con el mantenimiento del empleo en las islas, aplicando una bonificación transitoria durante el año 2021 de las cuotas a la Seguridad Social, amparándose en nuestro Régimen Económico y Fiscal”.

De hecho, el empleo ha sido duramente castigado en el Archipiélago, a pesar de la aplicación de los ERTE, tal y como se desprende de la última Encuesta de Población Activa (EPA), con un descenso de los ocupados durante el pasado año de 112.900 personas (-12%), y un aumento de los parados en 61.600 personas (+28,3%). La tasa de paro alcanza al 25,2% de la población activa, un 6,4% más que la registrada un año antes y un 9,1% superior a la tasa nacional que es del 16,1%.

Desde CaixaBank, el director territorial de la entidad, Juan Ramón Fuertes, incide en que durante el último trimestre de 2020 las medidas restrictivas ante el empeoramiento de la situación sanitaria generaron un retroceso del gasto total realizado con tarjetas en TPV y retiradas de efectivo. Como contrapartida, señala la importancia de que esas medidas redunden en la estabilización de la pandemia para una recuperación en V de vacuna, con la expectativa en que la vacunación de la población contribuya a un aumento de la confianza que repercuta en todos los ámbitos de la economía y, particularmente, en la movilidad internacional necesaria, con la previsión de que el sector turismo pase de operar cerca de un 70% por debajo de su nivel precrisis en 2020 a un 30% en el 2021, tal y como recoge el servicio de estudios de la entidad, CaixaBank Research.

Las expectativas para el año 2021 van de menos a más. El primer trimestre será duro con pérdidas importantes en el número de empresas y un aumento de los desempleados. En el segundo trimestre podríamos percibir una mejora meramente estadística, si se compara con el mismo periodo del año anterior, por ser el de mayores restricciones desde que se declarara la pandemia. A continuación, poco a poco se comenzaría a percibir un avance real alentado por la progresiva llegada de turistas y la activación de los fondos de reconstrucción de la Next Generation ya a lo largo del último trimestre del ejercicio.

El año seguirá impregnado de una gran incertidumbre derivada de la capacidad que haya de controlar los contagios hasta que se consiga la inmunidad de grupo, evitando con ello restricciones de actividad que continúen deteriorando la solvencia de las empresas. La cuestión principal es determinar qué tiempo será necesario para inmunizar al conjunto de la población y aquí hay que tener en cuenta las dificultades de fabricación y de distribución de las dosis necesarias y si las vacunas actuales serán eficaces frente a las nuevas variantes del COVID-19. 

Así, y partiendo de la base de un escenario relativamente controlado y de progresiva mejora desde el punto de vista sanitario, la economía canaria podría crecer en 2021 entre un 2% y un 5%, siempre por debajo o cerca del crecimiento medio nacional, teniendo que esperar al año que viene para apreciar un verdadero impulso que no retornará a niveles previos a la crisis sanitaria hasta finales de 2022 o comienzos de 2023.

Un escenario que, a juicio de presidente cameral, nos obliga a reaccionar a lo largo de este año con medidas de “supervivencia”, como las ayudas directas a Pymes que ha anunciado el Ejecutivo canario este lunes, en colaboración con las Cámaras de Comercio canarias, para poder darlas al mayor número posible de empresas afectadas, en el menor tiempo. Además de esta, otras administraciones de ámbito insular o municipal deberían contribuir en la medida de sus posibilidades con más paquetes de ayudas complementarias de aplicación directa entre las que cabrían destacar bonificaciones en el pago del IBI o en la tasa de la basura, entre otros.

Sesé añade que: “Es necesario que el Estado prorrogue los ERTEs hasta finales de año, flexibilizándolos para que se puedan ir adecuando de forma progresiva a la recuperación de ingresos que, como ya se ha apuntado en la presentación de este informe, será gradual. Del mismo modo, en el ámbito fiscal, sería oportuno adoptar bonificaciones transitorias que ayuden a reducir costes desde el lado de la oferta y a estimular el consumo desde el lado de la demanda”.

Por otro lado, y con el objeto de mitigar los daños y los costes que supone para las empresas cambiar sus condiciones de un día para otro, desde la institución cameral se solicita al ejecutivo autonómico que ante cualquier cambio en el nivel sanitario se anuncien, con la mayor anticipación posible, las medidas a adoptar por parte de las empresas, para que estas se puedan adecuar con tiempo. Especialmente, por lo que puede conllevar desde el punto de vista logístico, administrativo y económico para cualquier negocio.

El presidente cameral tampoco quiere dejar pasar la oportunidad de insistir en la importancia, presente y futura, de acometer una verdadera simplificación administrativa en el conjunto de las administraciones públicas. La inflación de trámites y la dilación en las respuestas de los expedientes en curso está limitando la capacidad de la inversión pública y privada que, en este momento, podría ser un elemento dinamizador de la actividad y el empleo y no lo está siendo, tal y como muestran algunos de los indicadores del sector de la construcción.

En este sentido, Sesé afirma que: “Ahora, nuestros principales objetivos han de ser, controlar los contagios hasta que se consiga, lo antes posible, la inmunidad de grupo de la población; evitar a toda costa el cierre de empresas para mantener el mayor número de puestos de trabajo en activo y anticiparnos y preparar medidas para asegurar e impulsar la recuperación de todos los sectores de la economía”. Por último, el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife concluye que: “Canarias, al igual que el resto de las economías, está sufriendo una transformación silenciosa que dejará una huella estructural entre el tejido productivo y el empleo de las Islas, pero que a la vez puede ser una oportunidad que tendremos que alimentar y para la que debemos prepararnos”.

Fuertes también destaca la capacidad de resistencia del mercado laboral y el apoyo que para la economía supondrá el plan de recuperación europeo, que traerá muchísimos recursos para invertir en proyectos que han de contribuir a impulsar la recuperación a corto plazo y ayudar a modernizar el sistema productivo para que las empresas puedan remontar y adaptarse a las nuevas circunstancias, más preparadas para aprovechar el cambio tecnológico y avanzar en los nuevos desafíos que plantea la era post Covid.

Informe trimestral

Desde el punto de vista de la demanda, el gasto privado se vio afectado no solo por la caída del gasto turístico, sino también por el elevado grado de incertidumbre y por el deterioro del mercado de trabajo, marcado por un elevado nivel de desempleo y de personas acogidas a un ERTE, que está incidiendo en las rentas de los hogares y de las empresas.

Las ventas minoristas retrocedieron un 12,8% en el cuarto trimestre respecto al mismo periodo de 2019, lo que evidencia que el comercio ha sido uno de los sectores económicos que más ha notado los estragos de la crisis del COVID-19 con una caída promedio en sus ventas durante el año 2020 del 15%. Esta es la mayor bajada del conjunto de Comunidades Autónomas, superando en 8,2 puntos porcentuales el descenso de la media nacional que fue del 6,8%. La pérdida en la cifra de negocios del último trimestre es la primera, tras siete años ininterrumpidos de crecimiento en este periodo del año. Del mismo modo, se produjo un retroceso en la ocupación del 4,7%, casi el doble de la caída nacional 2,4%.

Otro de los indicadores de demanda que también muestra el deterioro en el consumo son las matriculaciones de turismos que a pesar de mejorar un 12,3% respecto a los meses de verano, retrocede un 35,6% en su comparativa con el cuarto trimestre del año 2019 con un total de 12.829 matriculaciones. En el conjunto del año se vendieron 30.833 turismos menos (-43,7%).

El transporte de mercancías por vía aérea durante el cuarto trimestre registra un descenso anual del 35,3% en Canarias y del 22,8% a nivel nacional y las mercancías transportadas por mar fueron un 9,9% inferiores a las del mismo período del año 2019 en Canarias mientras que descendieron un 2,1% a nivel nacional.

La inversión empresarial retrocede en los últimos meses del año, afectada por la elevada incertidumbre. La cifra de empresas inscritas en la Seguridad Social se sitúa un 5,8% por debajo de las existentes el mismo trimestre de 2019. Las sociedades mercantiles creadas disminuyen en el trimestre un 4,4% respecto al año anterior y el capital suscrito cae un 28,8,4%. Al mismo tiempo, aumenta el número de quiebras, registrándose un 11,6% más de procedimientos concursales que hace un año.

Algo más de la mitad las empresas encuestadas en la última encuesta de confianza empresarial (57,1%) declara haber observado un descenso de sus resultados empresariales el cuarto trimestre, dinámica que habría sido particularmente intensa en los servicios más afectados por las medidas de contención, como la hostelería y los transportes y el comercio. El 34,4% señala que se ha mantenido estable y tan solo el 8,5% afirma haber mejorado su actividad respecto al verano.

Por lo que se refiere a la demanda externa, las exportaciones experimentan un importante descenso interanual del 15,2% en el cuarto trimestre del año y las importaciones bajan un 37% en el mismo período.

Según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera, el número de turistas extranjeros entrados en el Archipiélago durante el cuarto trimestre de 2020 asciende a 504.622, cifra que supone un descenso del 85,7% respecto al mismo trimestre de 2019. En el conjunto de 2020 visitaron Canarias 3.787.455 turistas, un 71,2% menos que en el año anterior. Los resultados a nivel nacional son ligeramente peores, registrando disminuciones del 87,2% en el cuarto trimestre y del 77,3% en el total del año. El gasto turístico total en el cuarto trimestre en Canarias fue un 85,9% inferior al de hace un año y el gasto medio diario por turista cae en este período un 9,2%, situándose en 138 euros por persona y día en diciembre. Durante 2020 el gasto total en Canarias fue un 71,4% inferior al de 2019 y en el conjunto nacional el descenso se cifró en el -78,5%.

El agravamiento de la crisis sanitaria durante el cuarto trimestre ha supuesto un retroceso del PIB del -0,2% que desagregado por sectores muestra leves mejoras en el trimestre en la agricultura (0,6%) y en los servicios (0,3%) y empeoramientos trimestrales en la industria (-1%) y, especialmente, en la construcción (-3,3%), según se desprende de las primeras estimaciones del ISTAC. Quizás lo más llamativo de estas variaciones es la caída de la construcción, sector en el que se habían puesto muchas esperanzas para compensar, al menos parcialmente, la actividad perdida. La tímida inversión pública, sumada a los trámites administrativos para poner en marcha cualquier obra han hecho que el sector no haya conseguido el efecto deseado, restando capacidad de reacción a la economía.

La producción industrial retrocede un 6,6%, según muestra la variación de la media trimestral respecto al mismo período de 2019 del Índice de Producción Industrial (IPI) elaborado por el INE. El total del año 2020 muestra una caída media de la producción del 10,2%, 1,1 puntos superior a la nacional (-9,1%). Esta caída trimestral se debe, principalmente, al descenso de la producción de bienes de consumo no duradero (-8,9%), seguido de los bienes de equipo (-7,7%), la energía (-6,3%) y los bienes intermedios (-1,8%). Por el contrario, los bienes de consumo duradero registraron un incremento del 24,6%.

El sector servicios en su conjunto experimentó un importante descenso anual en el promedio trimestral de su cifra de negocios (-30,9%), 19,2 puntos superior a la caída registrada a nivel nacional (-11,8%). En el personal ocupado por el mismo se produce en Canarias una variación anual, también negativa del 10,6%, superior a la del conjunto nacional (-5%).

Como resultado de todo lo anterior se registraron comportamientos descendentes tanto en la cifra de parados registrados, como en las afiliaciones medias a la Seguridad Social. Así, la cifra total de paro registrado en el Archipiélago se situó en diciembre en las 269.437 personas y el año 2020 termina en las Islas con 61.188 parados más, lo que supone un aumento anual del 29,4%, variación superior a la nacional, que se sitúa en el 22,9%. Por su parte, la media mensual de trabajadores afiliados a la Seguridad Social asciende en diciembre a 781.685 personas, lo que supone una caída de 45.744 afiliados en el Archipiélago respecto a diciembre de 2019, que se cuantifica en una merma anual del -5,5%.

Por último, el comportamiento de los precios de consumo ha seguido condicionado por la desaceleración de los precios energéticos y por la debilidad de la demanda, finalizando el año 2020 en negativo (-0,2%) después de cuatro años con aumento de precios.