¿De dónde surge la idea?

La idea empresarial surge, frecuentemente, de situaciones fortuitas. Se puede descubrir en una conversación, en un encuentro o en un viaje. No existen fórmulas que permitan abordar una idea de nueva creación, pero sí que es importante que el emprendedor adopte una actitud crítica y curiosa.

Entre otras causas, las ideas pueden surgir de:

  • La observación de la vida económica
  • La observación en el lugar de trabajo
  • La vida cotidiana
  • Cambios legislativos
  • Hobbies
  • Relaciones sociales
  • Propuestas profesionales
  • Iniciando una franquicia
  • Consultando revistas especializadas
  • Comprando una licencia
  • Como desarrollo tecnológico: a partir de un proceso de innovación o de transferencia de tecnología, que suponga el desarrollo de un producto o servicio mejorado o no existente, o bien desarrollándose un proceso de producción que abarate los costes o aumente la calidad, es decir, que favorezca la ventaja competitiva.

Como se puede observar, pueden ser muchas las ideas que inciten a una persona a inclinarse por un negocio en concreto. Pero, el conocimiento del mercado en el que pretende introducirse puede ser el elemento clave para que una persona decida aventurarse empresarialmente en el mismo. Además habrá de considerar otra serie de factores determinantes como:

  • Oportunidades de negocio en mercados pocos abastecidos, de nueva creación o con alto potencial de crecimiento.
  • Conocimientos técnicos del mercado, sector y negocio concreto
  • Necesidades económicas para acometer el proyecto.

La lista de estas actividades nuevas se pueden ordenar en cuatro grandes apartados: “vida diaria”, “mejora de la calidad de vida”, “cultura y ocio” y “protección del medio ambiente”.

 

Servicios de la vida diaria

Servicios de mejora del marco de vida
  • Los servicios a domicilio.
  • El cuidado de los niños.
  • Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
  • El diseño industrial y textil.
  • La biotecnología.
  • La ayuda a los jóvenes en dificultad y la inserción.
  • La ayuda a inmigrantes y la inserción.
  • Los servicios de mediación y asesoramiento en la resolución de conflictos.
  • Los servicios sanitarios.
  • La mejora de la vivienda.
  • La seguridad.
  • Los transportes colectivos locales.
  • Los transportes y logística internacional entre América, Europa y África.
  • La revalorización de los espacios públicos urbanos.
  • Los comercios de proximidad.
Servicios culturales y de ocioLos servicios de medio ambiente
  • El turismo.
  • La gestión de actividades de ocio, culturales y de aventura para el sector turístico.
  • El sector audiovisual.
  • La valorización del patrimonio cultural.
  • La valorización del patrimonio natural y rural.
  • La valorización de productos autóctonos.
  • El desarrollo cultural local.
  • Las energías renovables.
  • La gestión de los residuos.
  • La gestión del agua.
  • La protección y el mantenimiento de las zonas naturales.
  • La normativa, el control de la contaminación y las instalaciones correspondientes.
  • La prevención de riesgos laborales.
  • La acuicultura.
  • La algologia, como fuente de productos cosméticos y dietéticos.
  • La agricultura ecológica.
  • La exportación de plantas autóctonas y otras plantas crasas.

El análisis personal de todo proyecto básico debe asumir determinados criterios de evaluación, totalmente lógicos pero que, en numerosas ocasiones, no se tienen en cuenta a efectos prácticos, lo que puede desembocar en situaciones límite para la empresa.

Una vez que se ha invertido dinero, comprometido un determinado patrimonio, contratado personal, efectuado inversiones específicas, etc., los errores de planteamiento general no son rectificables.

El análisis inicial de la idea lo debemos efectuar personalmente, pero con objetividad y realismo, sin engañarnos consciente o inconscientemente.

No debe preocuparnos el demorar la puesta en marcha del proyecto si existen dudas no resueltas. Una nueva actividad empresarial es una "aventura" pero conviene poner todas las medidas a nuestro alcance para delimitar sus riesgos, conocer las variables que intervendrán en su evolución y determinar nuestras líneas de actuación sobre ellos. No se debe de improvisar ni pensar que cuando vayan surgiendo los problemas se irán resolviendo.

Una persona que piense abordar una aventura empresarial en base a un producto o servicio debe disponer de la máxima información sobre el mismo, sus variables y su evolución pasada y futura. A modo de resumen, y antes de entrar en el análisis pormenorizado del proyecto empresarial y la elaboración de un Plan de Empresa, convendría que los promotores se planteasen las siguientes cuestiones:

  • ¿Se trata de una idea realista?
  • ¿Es viable técnicamente?
  • ¿Es viable desde el punto de vista económico?
  • ¿Se está en condiciones de poder acometerla?