El turismo rural está cada día más en boga. Pero si bien es cierto que se le augura un futuro de éxito garantizado, no es menos cierto que adolece de gran número de servicios opcionales que el turista agradece y por el que sin duda pagaría. Uno de ellos es la participación en pequeños cursos o seminarios dedicados al mundo naturista de la región en que se encuentra; y otro el de la lucha contra el estrés y la mejora del tono vital de las personas. Basta con incluirlos como propuestas en los formularios del tour operador que trae a los clientes, ya sea usted personalmente o a través de las redes de turismo rural ya creadas. Inaugure usted este servicio e impártalo incluso con un intérprete del idioma que desconozca. El cursillo naturista, de una o varias sesiones, incluiría la historia y actividades de naturismo propias de la zona, complementándose con la visita a varios centros rurales donde les sirva de ejemplo. Y en el otro, el de cómo vencer las tensiones y el estrés, guiados por un monitor especialista y ofreciéndoles material adicional sobre lugares óptimos para disfrute con el máximo relax. Hágalo también personalizadamente, ofrézcale la visita de su monitor al domicilio provisional del turista. Críe fama... y gánese años de vacas gordas.