Ventajas

Mayor velocidad de crecimiento

Permite alcanzar un mayor volumen de negocio sin grandes inversiones, pues es el franquiciado y no el franquiciador quien realiza la Inversión. De esta forma, posibilita a empresas con recursos financieros limitados, aumentar su velocidad de crecimiento sin que afecte al endeudamiento de la firma y alcanzar así, el tamaño óptimo antes. Esto es especialmente importante en negocios que necesitan conseguir un volumen para acceder a ventajas de escala: mayores series de fabricación, campañas de publicidad, logística, etc.

Menor plantilla y más especializada

Por una parte, el personal de los establecimientos franquiciados es ajeno, con lo que se reduce el riesgo de indemnizaciones y despidos para la empresa. Y por otra, las necesidades de supervisión y control también disminuyen, pues es el propio franquiciado quien supervisa a sus trabajadores. De esta manera, las empresas franquiciadoras suelen tener plantillas reducidas, especializadas en áreas clave de la compañía como el marketing, investigación, diseño, etc., en lugar de tener trabajadores en puestos de administración o control que generan mucho menos valor.

Acceder directamente al cliente final

La franquicia ha permitido a los fabricantes distribuir su producto directamente sin pasar por intermediarios, con el consiguiente ahorro de costes que esto supone y la mejora de la eficacia en la distribución. Pero además, (y quizás más importante que el ahorro en costes), posibilita estar directamente en contacto con el cliente final, conocer mejor sus necesidades y reaccionar más rápidamente a los cambios en las tendencias. Este acceso directo al consumidor permite utilizar técnicas de marketing más especializadas como las promociones, fidelización de clientes, marketing directo, etc.

Trabajadores motivados

Una de las ventajas claras de la franquicia es que ha propiciado la incorporación al negocio de personas altamente motivadas. Además de dedicarle muchas horas de trabajo, simplificará mucho el control de la gestión pues será el franquiciado el primer interesado en evitar el derroche y en mejorar la eficiencia.

Inconvenientes

Menores beneficios potenciales por tienda abierta

Franquiciar un establecimiento supone compartir el margen comercial con el franquiciado. Por lo tanto, el beneficio potencial de una tienda franquiciada será menor que una tienda propia. Normalmente esta menor rentabilidad por unidad se verá compensada con creces con el mayor número de establecimientos que se pueden abrir con la misma inversión.

Menor margen de maniobra

Un franquiciado es un empresario independiente. Si bien existe un cierto grado de control, la mayoría de los cambios deben hacerse teniendo en cuenta esta relación de independencia. Para evitar este problema el franquiciador deberá tener un talante dialogante y convencer más que imponer soluciones que busquen el mutuo beneficio. Si bien, a la vez, deberá dotarse de herramientas contractuales y organizativas que le permitan tener el control y un margen de maniobra suficiente.

Riesgo de mala gestión

Una mala gestión del punto de venta puede suponer además de una pérdida de beneficio, un riesgo para la imagen de marca y para la franquicia. La razón para ello suele ser una mala selección de los franquiciados que a posteriori se muestren incapaces de gestionar correctamente el negocio, o bien una insatisfacción de la red de franquiciados respecto a la relación que tienen con el franquiciador. Se puede estar formando a un futuro competidor Algunos franquiciados, después de conocer los secretos del negocio, pueden estar tentados a montarlo por su cuenta y, de esta forma, ahorrarse pagar los cánones y royalties que establece el contrato. Esto suele pasar cuando el franquiciado no está satisfecho con la relación de franquicias, bien porque no obtiene la rentabilidad esperada, o bien porque siente que lo que le aporta el franquiciador no se corresponde con lo que le paga.