De manera muy sencilla, podemos definir la franquicia como un sistema de colaboración mediante el cual una persona (franquiciador) cede a otras (franquiciados) una marca, un producto o un servicio probado y rentable y un saber-hacer específico para gestionar adecuadamente un negocio.

A cambio el franquiciado aporta la inversión inicial necesaria y su esfuerzo personal en la gestión de su negocio. Todo ello en el marco de un contrato de franquicia.

El concepto de franquicia que hoy en día se maneja es el fijado por la Federación Francesa de Franquicia, asumido posteriormente por el Código DeontológicoEuropeo de Franquicia, y sintetizado por la Dirección General de Comercio Interior (1987) en los siguientes términos:
"La franquicia es un sistema por el que una empresa con conocimientos, caracteres o técnicas claramente diferenciadores conviene con otra u otras económicamente independientes el que éstas utilicen el Know-How o Saber Hacer de la primera, mediante una contraprestación económica y de acuerdo a toda una serie de pactos y reglamentaciones que varían totalmente según el tipo de actividad, pero que presuponen siempre una exclusividad respectiva".

De esta definición se derivan las características básicas del sistema de franquicia:

  1. Existencia de al menos dos empresas económica y jurídicamente independientes, que conciertan una relación limitada en el tiempo.
  2. Firma de un contrato que recoja las condiciones de su relación (no hay contrato laboral entre las partes) y donde quede reflejado el modo y espacio de las prestaciones pactadas.
  3. Transmisión por parte de la empresa franquiciadora de un know-howespecífico y de una imagen homogénea de cadena.
  4. Contraprestación económicapor parte de las empresas franquiciadas, y otorgamiento mutuo de exclusividad espacial y temporal.